lunes, 10 de mayo de 2010

textos recreativos






La mariposa volotea


y arde -con el sol- a veces.




Mancha volante y llamarada,


ahora se queda parada


sobre una hoja: que la mece.




Me decían: -No tienes nada.


No estás enfermo. Te parece.




Yo tampoco decía nada.


Y pasò el tiempo de las mieses.




Hoy una mano de congoja


llena de otoño el horizonte.


Y hasta de mi alma caen hojas.




Me decían: -No tienes nada.


No estás enfermo. Te parece.




Era la hora de las espigas.


El sol, ahora,


convalece.




Todo se va en la vida, amigos.


Se va o perece.




Se va la manò que te induce.


Se va o perece.




Se va la rosa que desates.


También la boca que te bese




.El agua, la sombra y el vaso.


Se va o perece.




Pasò la hora de las espigas.


El sol, ahora,


convalece.




Su lengua tibia me rodea.


También me dice: -Te parece




La mariposa volotea,


revolotea,


y desaparece.




Pablo Neruda



la ada de primavera
Hace miles de años luz en cierta galaxia no muy lejana existia un planeta árido sin vegetacion. En este planeta vivian miles de personas en una gran esfera que les protegia de los intensos rayos solares y les fabricaba oxigeno En este planeta habia una pequeña niña a la que le gustaba mucho leer cuentos de hadas y se deleitaba una y otra vez en la biblioteca astral observando tantas bellas ilustraciones. ¡Que hermoso debió haber sido tantos colores, tanta vida! Cierto día pudo llegar a donde nadie podía ir a la bodega astral y no podia creer lo que sus ojos veían, un libro único. Qué podría contener se preguntó. Tanta fue su curiosidad que corrió al instante a tomarlo y al abrir su primer página encontró una pequeña flor marchita y aun así le pareció hermosa, la acercó a su rostro y pudo percibir el amor. ¡ Qué hermosa, y que rico huele! ¿Qué clase de flor podria ser aquella?- Es una rosa, le contesto una viejecita que se encontraba en esos momentos pasaba por ahí. La niña derramó una lágrima y dijo como me gustaria poder verla viva. - Te gustaria eso, preguntó la viejecita al momento en que se convertía en una hermosa hada. Sí, lo deseo con todo mi corazon, exclamó la niña.Bien entonces desde hoy en adelante tu serás la encargada de velar por la naturaleza, los árboles y las flores. Desde hoy tú seras La Primavera.
Ana Gpe Perez Lomeli







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